¡Trabajemos como las aves!
Un día observé en el cielo una bandada de aves, algo realmente increíble y bello, verlas volar en grupo, no en forma
de V, todos juntas iban de un lugar a otro y al final
llegaron a un árbol. Era el atardecer.
Me quede pensando: ¿cómo hacían
para lograr esa unión, esa coordinación y que ninguna se dispersase o quisiera
tomar otro rumbo?
Lo primero que asumí fue que
tenían un líder, el ave que sabría cuál era el mejor árbol para descansar esa
noche. Luego pensé que tendrían muy buena comunicación entre todas, de manera
que si algún ave no sabía hacia donde iban, se lo explicaría su compañero.
Decidida a conocer más sobre el vuelo en racimo de las aves, me puse a investigar. Encontré que ellas vuelan en grupos para
protegerse de posibles predadores, a pesar de que esto les implique cuadruplicar
su esfuerzo al volar de esa forma (a las palomas).
Otra de las posibles razones
respondía a cuestiones de compañerismo, que cada pájaro prefiere volar en
compañía, ni demasiado lejos, ni demasiado cerca y a la misma velocidad.
¡Esta última explicación la
encontré increíble!
Si en las empresas se aplicara esta
filosofía, en donde los grupos de trabajo buscaran ese compañerismo, esa capacidad
de coordinar sus esfuerzos y actividades, sin que alguno de sus integrantes
tratara de adelantar a otro para sobresalir y obtener todo el crédito del objetivo
alcanzado, con la convicción de que trabajando en equipo las fortalezas se
maximizan, generarían mayor productividad y un ambiente de trabajo idóneo para la búsqueda de mejoras en los procesos y el crecimiento personal de sus miembros.
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