¿Y tú, le das fichas de póker a tu hijo?

Hace unas semanas atrás, estaba tomando un cafecito con amigas, esas charlas que siempre ayudan y permiten intercambiar opiniones y experiencias sobre diversos temas.

Ese día, charlábamos sobre cómo apoyar a nuestros hijos para que sean más seguros y puedan defenderse si alguien los molesta en el colegio o cómo actuar si ocurre una emergencia. Durante la conversación, recordé un vídeo que había visto sobre la autoestima y las fichas de póker, una charla que dió Richard Lavoie (Poker Chips), quien es especialista estadounidense en temas de niños con dificultades de aprendizaje. 

El hacía una analogía entre la autoestima y las fichas de póker, entre más fichas de póker tenga el niño, mayor es su autoestima y al contrario.

Lo que explica Richard Lavoie, se enfoca en aumentar la autoestima de los niños con dificultades de aprendizaje, aunque considero que podemos aplicarlo a todos los niños (tengan o no dificultades de aprendizaje), porque nos permite enfocarnos en las fortalezas que cada uno de ellos tiene y hacerlos más seguros de sí mismos.


Comparto algunas ideas que me dejó la charla:
  1. Enfocarnos en lo que sabe hacer muy bien nuestro hijo y reforzárselo cada vez que podamos. Un ejemplo: “eres muy bueno leyendo, lo haces excelente”, el niño se sentirá más seguro de su habilidad, y cuando el profesor pregunte quien desea leer, él tendrá la confianza para levantar la mano y participar.
  2. Felicitarlo por cada logro que obtenga, así sea muy pequeño.
  3. Hacer comentarios positivos en cada oportunidad que tengamos, le estarás dando más “fichas de póker” y su autoestima crecerá.
  4. Quítale las menos fichas posibles, llámale la atención sin herir sus sentimientos, enfócate en la acción, no en la persona.
  5. Habla mucho con tu hijo, pregúntale ¿cómo le fue en el colegio?, ¿con quien jugó en el recreo?, ¿qué aprendió?, que sienta esa confianza para acercase a ti y si tiene un problema te lo cuente.
  6. Defenderlo de las personas que le quitan las “fichas de póker” y no se las devuelven. Ejemplo: si sabemos que algún niño le pego o insulto a nuestro hijo y no se aplico una medida correctiva al alumno, hablar con el profesor y asegurarnos que le ofrezca una disculpa.

"Educar es un arte difícil y delicado integrado por un poco de ciencia, mucho amor y mucha paciencia" Gastón Courtois. 


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