El conformismo ¿falta de voluntad o de confianza?

Actualmente vivimos en una época muy competitiva, donde las personas se sienten presionadas por estar mejor preparadas y capacitadas para hacer frente a los desafíos que pudieran presentarse.

Existen personas que se enfocan en desarrollarse y crecer, mientras que otras se quedan en su zona de confort, ya sea porque no les interesa salir de ella o por el miedo a no lograr las metas, a fracasar según ellas, o a ser tildadas como soñadoras.

Es interesante observar y analizar la conducta de las personas con quienes interactuamos, ya sea en el supermercado, en el colegio, en  la calle, en la oficina, en cualquier lugar donde puedas intercambiar opinión acerca de una situación en general.

Los conformistas siempre tienen una excusa para no dar ese paso adelante y luchar por lo que consideran justo o por lograr esa meta. Casi siempre la culpa de no conseguir lo que se quiere la tiene un tercero, según ellos.

Lo anterior evidencia una falta de voluntad por cambiar lo que está mal y exigir una respuesta o solución al problema. La apatía y la facilidad de cederle a un tercero el control de situaciones que claramente pueden asumir o cambiar, simplemente por no querer estresarse, ni complicarse la existencia, por no entrar en conflicto con otra persona al expresar su punto de vista o reclamar un derecho;  es permanecer en su zona de confort.

El conformismo también se debe a una falta de confianza, porque al no creer en sí misma, al considerar que sus ideas no pueden generar un cambio y tener miedo de proponerlo en procesos o situaciones que se han desarrollado por años de esa forma, la persona se limita a escuchar y hacer, por miedo al rechazo de los demás.

Un futuro de logros es de quienes proponen, arriesgan, aprenden, buscan mejoras en los procesos, cuestionan la forma cómo se hacen las cosas, expresan sus ideas, innovan, generan cambios y consideran cada desafío una oportunidad de aprendizaje; de quienes no tienen miedo a intentar y equivocarse.

“El conformismo es el carcelero de la libertad y el enemigo del crecimiento” John F. Kennedy